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aurea quæ fronduerat, et tabulæ testamenti: superque eam erant Cherubim gloriæ obumbrantia propitiatorium: de quibus non est modo dicendum per singula. His vero ita compositis in priori quidem tabernaculo semper intrabant sacerdotes sacrificiorum officia consummantes: in secundo autem semel in anno solus pontifex non sine sanguine quem offert pro sua et populi ignorantia: hoc significante Spiritu sancto nondum propalatam esse sanctorum viam adhuc priore tabernaculo habente statum. Quæ parabola est temporis instantis: juxta quam munera et hostiæ offeruntur, quæ non possunt juxta conscientiam perfectum facere servientem, solummodò in cibis et in potibus, et variis baptismatibus et justitiis carnis usque ad tempus correctionis impositis. Christus autem assistens pontifex futurorum bonorum per amplius et perfectius tabernaculum non manufactum, id est non hujus creationis, neque per sanguinem hircorum aut vitulorum sed per proprium sanguinem introivit semèl in sanctà æternå redemptione inventâ.

1 Cuando se celebran órdenes con indulto de Extra tempora, las oraciones y conmemoraciones epístola evangelio y prefacio serán los que correspondan á la fiesta ú oficio de aquel dia.

Acabada la epístola, pasa el señor obispo á la silla ante el medio del altar: se sienta, y el arcediano dice:

Accedant qui ordinandi sunt ad diaconatum.
Acérquense los que están para ordenarse de

diáconos.

Se pasa la lista de todos ellos sin referir el título á que se ordenan, y cada uno al ser nombrado responderá: Adsum. Preparados como se dijo antes, y arrodillados en forma de semicírculo frente al señor obispo, el arcediano presentándoselos le dice:

Reverendissime pater, postulat sancta mater Ecclesia, ut hos præsentes subdiaconos ad onus diaconii ordinetis (1).

Reverendísimo padre, la santa iglesia católica nuestra madre pide, que á estos subdiáconos que están presentes los ordeneis para el cargo del diaconado.

(1) Solo á los tres órdenes gerárquicos de diáconos presbíteros y obispos se hace esta intimacion, porque solo estos eran antiguamente elegidos en el concurso público de clero y pueblo. Los otros ministros inferiores se elegian por el testimonio de tres hombres buenos con la aprobacion del obispo. Se presentan á nombre de la iglesia, para que entiendan los obispos que no por alguna gracia ó favor humano sino a ruego de la iglesia que los contemple útiles ó necesarios, han de ser admitidos ó promovidos á estos grados: y que ellos no se han de ingerir por propio impulso á arrebatar los cargos ú honores eclesiásticos; pero que llamados por Dios y por la voz de los prelados tampoco han de rehusar coa terco empeño servir en el ministerio para que los superiores los contemplen mas idóneos.

El señor obispo pregunta: scis illos dignos esse? Sabes que sean dignos?

Responde el arcediano: quantum humana fragilitas nosse sinit, et scio et testificor ipsos dignos esse ad hujus onus officii.

En cuanto á la fragilidad humana es dado conocer, lo sé y puedo atestiguar que son dignos de este oficio.

para el cargo

El señor obispo dice: Deo gratias.

Gracias al señor.

Procede á su ordenacion, haciendo ante todas cosas esta advertencia al clero y pueblo: Auxiliante domino Deo &c.

"Con la ayuda de Dios y nuestro salvador Jesucristo elegimos los presentes subdiáconos para el órden del diaconado. Ahora bien: si alguno tiene algo que decir contra ellos, en nombre de Dios y por la causa de Dios le requiero salga con confianza, preséntese sin temor, y digalo: acuérde se empero de la flaqueza de su propia condicion."

Aguarda un poco: y dirigiendo luego la palabra á los ordenandos los amonesta en estos términos: Provehendi filii dilectissimi, &c.

"Los que habeis de ser elevados al órden levítico, hijos muy amados, reflexionad con gran cuidado, cuan alto grado de la iglesia es al que ascendeis. Porque al diácono toca ministrar en el altar, bautizar y predicar. A la verdad en la ley antigua de las doce tribus solo la de Leví fué la escogida para servir perpetuamente con especial

asignacion al tabernáculo de Dios y á sus diferentes sacrificios. Y le fué concedida tanta honra y dignidad que ninguno sino de aquella estirpe se levantaba para ministrar en los oficios del divino culto de aquel tiempo, de manera que por un singular y grande privilegio ella merecia llamarse y ser efectivamente la herencia y la tribu del señor. De aquellos sois vosotros hoy, hijos carísimos, los que llevais el nombre y el oficio, porque sois elegidos y puestos en el cargo de los levitas para los ministerios del tabernáculo del nuevo testamento, es á saber de la iglesia de Dios que siempre apercibida y sobre las armas pelea incesantemente contra sus enemigos: por que dice san Pablo: no es nuestra lucha contra la carne y la sangre, ó solo contra los hombres, sino contra los príncipes y potestades, contra los adalides de estas tinieblas del mundo, contra los espíritus malignos esparcidos en los aires (1). La cual iglesia de Dios tabernáculo y templo suyo preciosísimo debeis vosotros sostener y defender en todo trance con el adorno de la santidad y anunciando á Dios con lo cabal de vuestro ejemplo, explicacion de la palabra divina, y con ejemplos de toda perfeccion. Porque Leví quiere decir añadido ó separado. Vosotros pues, hijos muy amados, que tomais el nombre de la

lo

(1) Ad Eph. 6. v. 12.

paterna herencia, sed los separados de los deseos carnales y de las concupiscencias terrenas que combaten contra el espíritu : sed brillantes limpios puros castos, como corresponde lo sean los ministros de Cristo, los dispensadores de los misterios de Dios, para que seais añadidos dignamente al número de los que componen el grado eclesiástico, y merezcais ser la heredad y la tribu amable del señor. Y pues sois coministros y cooperadores del gran misterio de su cuerpo y sangre, alejaos de todo incentivo de sensualidad, como dice la escritura: manteneos limpios los que manejais los vasos del señor. Tened presente que san Esteban fué escogido por los apóstoles para este oficio principalmente por el mérito de la castidad. A los que anunciais el evangelio cuidad de exponerselo con las obras vivas, para que pueda decirse de vosotros: bien hayan los pasos de los que evangelizan la paz, de los que anuncian bienes. Sentad vuestros pies sobre los ejemplos de los santos, al prepararos á publicar el evangelio de la paz, lo que el señor os conceda por su gracia. . Amen.”

Si no hubiere habido subdiáconos que ordenar, se postran ahora y dicen las letanías como se advirtió antes. Y sino, permaneciendo los ordenandos de rodillas prosigue el señor obispo, hablando al clero y pueblo de este modo: Commune votum &c.

"Al comun deseo acompañe la oracion co

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