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algunos pocos saben lo que ignora la multitud acerca de la vida y conducta de los que se presentan á los órdenes: y es natural que cada uno obedezca con menos repugnancia, y respete á aquel ya ordenado, á quien dió su consentimiento para que se ordenase. A la verdad la conducta de estos diáconos, que con el divino auxilio van á ser ordenados de presbíteros, me parece estar bien probada, y ser agradable á Dios, y digna (segun pienso) de la promocion en la iglesia al honor del sacerdocio. Mas porque no suceda que á alguno quizá ó á un corto número sorprenda la condescendencia, ó engañïe la pasion, debe pedirse el informe y parecer de muchos, Así pues lo que sepais de su porte y costumbres, lo que juzgueis de su mérito, manifestadlo abierta y libremente, y dadles el testimonio que pide el sacerdocio segun lo merezcan, y no segun os lo sugiera la aficion particular, algun respeto humano ó la pasion. Si alguno pues tuviere algo que decir contra ellos, en el nombre de Dios y por la causa de Dios le requiero salga con confianza, hable sin rebozo, y digalo; pero acuérdese de su flaqueza propia."

Aguarda un poco y dirigiendo luego la palabra á los ordenandos los amonesta en estos términos: Consecrandi, filii dilectissimi, &c.

"Procurad, mis muy amados hijos, los que vais á ser consagrados para el oficio del presbi

terado, recibirlo dignamente, y ejercerlo con loable esmero despues de recibido, Porque propio es del sacerdote ofrecer el santo sacrificio, bendecir presidir predicar y bautizar. Por lo que con gran temor se ha de subir á tan alto grado, y se ha de cuidar mucho, que á los elegidos para él los recomiende muy especialmente la sabiduría celestial, las buenas costumbres y una larga práctica de la virtud. Así es que el señar mandando á Moises que escogiese setenta varones de todo Israel para que le ayudasen, y entre quienes dividiese los dones del Espíritu santo, añade los que tú sabes y cono ces que son los ancianos del pueblo por su madurez y amor á la verdad y la justicia. Vosotros pues sois los señalados en los setenta ancianos y varones respetables, con tal que asis→ tidos de los siete dones del divino Espíritu, guardando el decálogo ó diez mandamientos de la ley del señor seais sobrios justos y maduros en vuestra ciencia y vuestras obras. Bajo el mismo misterio é igual figura en el nuevo testamento escogió el señor los setenta y dos discípulos, y los envió de dos en dos delante de sí á predicar, para enseñar así con las palabras como con los hechos que los ministros de su iglesia deben ser perfectos por la fé y por las obras: ó estar fundados y bien arraigados en la virtud de la doble caridad, es á saber en el amor de Dios y del prójimo. Trabajad pues

los

por ser tales, que podais con la gracia de Dios ser dignamente elegidos para ayudar á Moisés y los doce apóstoles, es decir á los obispos católicos que son los que se figuran en Moisés y apóstoles. Ciertamente rodeada de esta maravillosa variedad la iglesia santa se adorna y se gobierna, cuando en ella unos se consagran para obispos, otros para sacerdotes de un grado inferior, diáconos, subdiáconos y otros clérigos de diferentes órdenes, y se constituye un solo cuerpo de Cristo de muchos miembros de diferente dignidad. Así, hijos muy amados los que el juicio de nuestros hermanos ha escogido para ser consagrados como coadjutores nuestros, guardad en vuestras costumbres la integridad de una vidą pura y santa. Conoced lo que haceis: imitad lo que tratais; de forma que celebrando el misterio de la muerte del señor procureis mortificar vuestros miembros retrayéndolos de los vicios y de todas las concupiscencias criminales. Sea vuestra enseñanza una espiritual medicina al pueblo de Dios. Haga las delicias de la iglesia de Cristo el olor de vuestra vida, para que con la predicacion y con el ejemplo edifiqueis la casa, esto es la familia de Dios; de manera que ni nosotros por vuestra promocion, ni vosotros por haber tomado tan alto y grave oficio merezcamos ser condenados sino mas bien premiados del señor: lo que nos conceda el mismo por su gracia. R. Amen.”

Si no hubiere habido subdiáconos ó diáconos

que ordenar, se postran ahora y se dicen las letanías como se previno en el subdiaconado. Si se dijeron antes, ahora se levantan todos, dejan á un lado sus velas, y van sucesivamente de dos en dos á arrodillarse ante el señor obispo, que en pie con mitra y sin decir nada impone ambas manos juntamente sobre cada ordenando. Despues del señor obispo hacen lo mismo tres ó mas sacerdotes de los asistentes revestidos á lo menos con estolas á la derecha del prelado al retirarse los ordenandos para su lugar: y luego así el señor obispo como los otros sacerdotes tienen extendida la mano derecha sobre ellos, y dice el señor obispo permaneciendo en pie y con mitra: Oremus fratres charissimi &c,

"Roguemos, hermanos carísimos, á Dios padre todopoderoso, que multiplique sus dones celestiales sobre estos sus siervos que ha elegido para el cargo del presbiterado; y que consigan con su auxilio todo el efecto de lo que por su dignacion reciben: por Cristo señor nuestro. B. Amen."

Quitada la mitra vuelto ácia el altar dice el señor obispo: Oremus: Los ministros: Flectamus genua. H, Levate.

Y nuevamente vuelto á los ordenandos dice: Exaudi nos &c.

"Suplicamoste, señor Dios nuestro, nos escuches, é infundas en el corazon de estos tus siervos la bendicion del Espíritu santo y la

virtud ó fuerza de la gracia del sacerdocio, á fin de que los que hoy ofrecemos y presentamos á tu piedad para ser consagrados sacerdotes, los favorezcas perpetuamente con la largueza de tus dones: por nuestro señor Jesucristo tu hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu santo Dios por todos los siglos de los siglos. B. Amen." Extiende las manos, y las tiene abiertas á todo el siguiente prefacio desde el Per omnia sacula sæculorum. R. Amen.

. Dominus vobiscum. R. Et cum spiritu tuo. . Sursum corda. R. Habemus ad dominum. . Gratias agamus domino Deo nostro. H. Dignum et justum est,

Verè dignum et justum est &c.

"Verdaderamente es digno y justo, debido y saludable que nosotros en todo tiempo y lugar te demos gracias, señor santo, padre omnipotente, Dios eterno, autor de los honores, distribuidor de todas las dignidades, por quien todas las cosas se adelantan, por quien todas se consolidan y afianzan, amplificados siempre los aumentos de la naturaleza racional para su mejora por un órden dispuesto con muy conveniente razon y sabia providencia. Por lo tanto se aumentaron los grados sacerdotales y los oficios levíticos instituidos por sacramentos ó representaciones místicas: de modo que habiendo puesto en primer lugar al frente de los pueblos para gobernarlos á los sumos prelados ú obispos, elegiste para acompañarlos y

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