ÍNDICE DE LAS COSAS MAS PRINCIPALES QUE SE CONTIENEN EN ESTA PRIMERA PARTE. Abstinencia. La grandeza de Dios resplandece mucho Esto es lo primero que enseñaban aque- en que ningun servicio, por grande que Cuán sutilmente se entra el vicio de la De qué manera ha de tomar el siervo de Un medio de que se ayudaba un monje Cómo se ha de dividir y tomar por par- AЛcion y deseo de la virtud. Es tan principal medio este para alcan- Este fuego nos ha de hacer subir y cre- No nos pide Dios amor tierno, sino fuerte Si quiero ser amigo de Dios, luego lo El amor de Dios no consiste en palabras, Cuál es el verdadero y perfecto amor de Tres grados, por los cuales podemos ir Del que no tuviere esta aficion y deseo, subiendo á grande y perfecto amor de Cuando la virtud no sale del verdadero Amar à Dios. Dios, p. 137 y sig. Otros tres grados de amor de Dios, p. 430, La contemplacion es hija del amor, y su Un ejercicio muy alto y muy perfecto de Cuán encomendado y repetido es este Cómo nos podemos extender mas en este En esto consiste la perfeccion, p. 351, ejercicio, p. 471. Cómo se puede tambien ejercitar este Su última perfeccion no es de esta vida, la gloriosa Vírgen Madre suya, y con los Por qué nos le puso Dios por el primero, fiestas, y nos la enseña la Iglesia, p. 472 y sig. Amor de Dios con los hombres. Fue tan grande su amor, que le hizo ba- Muéstrase mucho su amor en que no po- Arsenio, Arsenio, ¿ á qué veniste á la Re- Tomaba un dia cada semana para darse Auxilio de Dios. El necesario y suficiente para no caer, El especial y eficaz no le da á todos, Hácese uno indigno de este auxilio es- No hay entrañas de amor que se puedan Amar á los enemigos. Algunas razones sacadas de la sagrada Habemos de ser fáciles en pedir perdon No ha de quedar en nosotros aversion ni Ejemplo notable de uno que no queria Amistades particulares. Traen consigo muchos inconvenientes, niales, y por sus faltas é imperfecciones, Hácese digno por la buena vida, p. 41. Beneficios. El que usa bien de los beneficios recibi- En la oracion nos habemos de ejercitar El acordarnos de los beneficios recibi- Bernardo abad. Siempre se tenia por novicio, y era el Remedios contra esta tentacion, p. 199 y primero en los ejercicios comunes y hu- sig. Antonio abad. No juzgaba, antes excusaba, á los que Miraba en cada uno aquello en que mas se exceptuaban de ellos, p. 53. Poníase en oracion á la tarde, y estaba Traia siempre en el corazon, y muchas Como deseaba la muerte por estar se- Confundíase de ver la santidad de Pablo, guro de no ofender á Dios, p. 429. p. 35. No temia á los demonios ni á las bestias, Arsenio abad. Preguntábase á sí mismo muchas veces: Bienes y deleites temporales. No pueden hartar nuestra alma, p. 361. En gustando uno de Dios, todas las co- sas del mundo le parecen desabridas, p. 16. | hermanos, y mas el que entre los súbdiPara que hagamos poco caso de ello, qui- tos y superiores, p. 269 y sig. so el Señor que nos fuese incierta la hora de la muerte, p. 87. Caridad fraterna. Cuán excelente cosa es, p. 142 y sig. Cómo edifica, y trae á la Religion, p. 148. Cuánto la estima Dios, y cuán encomendada nos la dejó, p. 144 y sig. Por qué se llama este mandamiento nuevo, p. 145. San Juan Evangelista, ya muy viejo, no predicaba otra cosa, p. 146. En esto quiere el Señor que nos conozcan por discípulos suyos, p. 146. Esto quiere que baste para convencer al mundo de la verdad de nuestra fe, p. 147. Cuando en una comunidad hay esta unidad, es señal que Dios la ama con amor singular, p. 147. No hay cosa en la tierra que tan al vivo represente la junta del cielo, como la junta de los religiosos unidos con caridad, p. 148. La caridad es tambien virtud teologal cuando amamos al prójimo, p. 146. La necesidad general que hay de esta union, p. 147 y sig. Que en la Compañía la hay mas particular; y las causas y remedios de ellas, p. 149 y sig. Lo que hay que temer en la Religion es la desunion, no las persecuciones de fuera, p. 151. Los romanos, mientras tuvieron esta union entre sí, fueron señores del mundo; y en entrando las guerras civiles entre ellos, fueron destruidos, p. 152. La union entre nosotros ha de ser como la union que tienen entre sí los miembros de nuestro cuerpo, p. 157 y sig. Para consigo ha de tener uno espíritu de mortificacion y de rigor; para con otros espíritu de amor y suavidad, p. 177. La caridad hace suyo el bien de los otros con solo holgarse de él, p. 163. Cuán aborrecible es á Dios y á los hombres el que siembra discordias entre los Medios para conservar la caridad. Ser uno obsequioso, amigo de servir y dar contento á todos, p. 160. Con obras se sustenta la caridad, p. 157. Sufrir y hacer bien á todos; y si no hay paciencia y sufrimiento, no se podrá conservar la caridad, p. 160 y sig. Ayuda la igualdad la singularidad y privilegio, y no vivir como los demás, es causa de desunion, p. 153 y sig. La comunicacion, p. 154. El guardar la obediencia, p. 153. Algunas razones sacadas de la sagrada Escritura que nos obligan á esto, p. 155 y sig. Holgarse del bien del prójimo, y compadecerse de su trabajo, p. 158. No tener cosa propia, ni desear la honra y estima para sí, p. 160. Tener mucha estima de nuestros hermanos, p. 167. Hablar siempre bien de ellos, p. 167. Amar es medio único para ser amado, p. 168. Las palabras buenas y blandas causan union; las ásperas y desabridas desunion, p. 171. Guardarnos de decir palabras que puedan ofender á otro, p. 173. Nunca decir á alguno lo que otro dijo de él, siendo cosa que le pueda dar disgusto, p. 169. No decir palabras picantes, p. 173. No porfiar ni contradecir, p. 174. No reprender á otro cuando no está á su cargo, p. 176. El castigo con que castigó Dios unas palabras mortificativas de un religioso, y el que otro tomó á imitacion de este, p. 177. Guardarnos de juicios y sospechas, p. 187. Cómo se han de haber y satisfacer cuando hubiere algun encuentro entre dos, p. 180. Habemos de estar muy léjos de desear género alguno de venganza del que nos ofendió, p. 183. No ha de quedar en nosotros aversion ni Cómo se ha de dividir y tomar poco á De tres maneras de union muy contra- Castidad. Cómo se ha de dividir por partes esta Celo. En qué se conocerá el celo verdadero de Cómo se han de ejercitar los ministerios El abad Pambo y el abad Nono lloraron El Padre san Francisco Javier se aver- Ciencia. Sin virtud poco aprovecha, antes daña, Confesion. El exámen general de la conciencia es la Mas son las confesiones malas por falta No ha de declarar uno, cuando se con- Conformidad con la voluntad de Dios. La costumbre grande que tenian aque- Aunque el trabajo venga por medio del En esta conformidad con la voluntad de En las letras y talentos grandes hay perfeccion; y cuanto esta mas creciere, La ciencia hincha y cría en el hombre Los letrados no suelen ser tan aplicados tanto mas crecerá el amor de Dios, y cuán Esta conformidad es la resignacion ver- Levantanse los ignorantes, y roban el El camino ordinario por donde se puede Es el mayor y mas acepto sacrificio que Á los que han llegado á esta perfecta contento y voluntad de Dios, no hay cosa lo amargo que nos viniere, que es el terque les pueda turbar, ni quitar su paz y | cer grado de conformidad, p. 396. contento, p. 361. La indiferencia y conformidad que ha de Esta es la causa de la alegría continua tener el religioso de la Compañía para ir y estar en cualquiera parte del mundo don que traian los Santos, p. 363. Declárase por otra via como es esto me- | de la obediencia le enviare, p. 397. dio para tener contento, p. 368. Ni el respeto de la salud corporal ha de Esta perfecta conformidad con la volun- bastar para quitarle esta indiferencia, ni tad de Dios es de las mejores disposicio-para pedir mudanza de lugar, ni para mosnes que de nuestra parte podemos tener, trar inclinacion á ella, p. 400. para que el Señor nos haga mercedes, p. 373. Los deseos de ir á convertir infieles serian imperfectos, si quitasen la indiferen Es medio muy eficaz para adquirir todas cia para otras cosas; y cuál sea en esto la las virtudes, p. 373. mejor disposicion, p. 399. Es muy buen remedio contra cierto género de tentaciones, p. 374. Confírmase lo dicho con algunos ejem- obediencia le quisiese poner, p. 402. plos, p. 376. Esta misma indiferencia y conformidad ha de tener para cualquier oficio en que la Para que esta conformidad con la voluntad de Dios se nos haga fácil y suave, habemos de tomar todas las cosas como venidas de la mano de Dios prácticamente, y entender que vienen para nuestro bien y provecho, p. 381. Aquel es buen siervo de Dios, que no tiene cuenta si lo que le manda Dios es conforme á su voluntad, sino con querer él lo que Dios le manda, p. 405. Esa misma conformidad con la voluntad de Dios ha de tener cada uno en el repartimiento de los talentos y dones naturales, p. 460. El principio de todo nuestro mal fue, Ayudará mucho ahondar en la oracion en aquella riquísima mina de la providencia tan paternal que tiene Dios de nos-porque quisieron nuestros primeros paotros, p. 351. De aquí nace en los verdaderos siervos de Dios una muy familiar y filial confianza en él, y una paz y seguridad grande en todos los acaecimientos, p. 382. dres tener mas de lo que Dios queria, p. 419. De la conformidad que habemos de tener con la voluntad de Dios en las enfermedades. Verbo Enfermedad. De la conformidad que habemos de te Muerte. Algunos lugares y ejemplos de la sa-ner, así para morir, como para vivir. Verbo grada Escritura en que resplandece la providencia particular de Dios en cosas menudas, p. 386. El concierto que hizo Cristo nuestro Señor con santa Catalina de Sena, p. 392. De cuánto provecho y perfeccion sea aplicar la oracion á este ejercicio, p. 393. Para el tiempo de las adversidades es principalmente menester este ejercicio, p. 394. No basta que tengamos en general esta conformidad, sino habemos de descender á casos particulares, p. 395. No habemos de parar en este ejercicio, hasta que nos sea tan dulce la voluntad de Dios, que con esta salsa endulcemos todo Habemos de tener conformidad con la voluntad de Dios, no solamente en los trabajos particulares nuestros, sino tambien en los generales que el Señor envia á su Iglesia, aunque por otra parte los sintamos, y nos pese del trabajo de nuestros prójimos, p. 436. No habemos de escudriñar, sino reverenciar los juicios de Dios, p. 437. De la conformidad con la voluntad de Dios que habemos de tener en la sequedad y desconsuelos de la oracion; y qué entendemos aquí por desconsuelos, p. 444. Satisfacese á la queja de los que tienen estas sequedades y desconsuelos, p. 447. |