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misma cura las heridas de Olivéros, i les proporciona la compañía de sendas princesas con quienes pasan regocijadamente la noche. Ella entre tanto suspira de amor por el ausente Guido de Borgoña, a quien habia conocido en Francia. Acaecc al mismo tiempo que Cárlos i Balan se mandan mutuamente embajadas, reclamando cada cual sus prisioneros i reconocimiento de soberanía. Cárlos ademas exije que Balan se bautice, i que le entregue las santas reliquias que ha sacado de Jerusalen i de Roma. Eran los embajadores cristianos Roldan, Nanjino de Baviera, Ricarte de Normandia, Tierry o Teodorico de Ardénas, Urjel de Dinamarca i Guido. En el camino, se encuentran con los embajadores de Balan; se desafian; combaten; los cristianos vencen; les cortan a todos las cabezas; i las cuelgan de los arzones, para facilitar sin duda con ellas la espinosa negociacion de que iban encargados. Esto sucedió cerca del castillo de Mantible, en cuyo puente, sostenido sobre arcos i pilares de mármol, está de centinela un jayan que cobra de los pasajeros un terrible tributo:

de cien hermosas doncellas i cien halcones mudados,
i cien fuertes palafrenes i cien corceles lozanos,

ademas de una gran cantidad de oro i plata. Roldan derriba al jigante del puente abajo. Con esto, los cristianos pasan sin mas oposicion a Egremora; i son admitidos a presencia del almirante, que se enfurece al oír la embajada i ordena que aquella misma tarde sean despedazados. Pónelos en libertad Floripes, como a los otros presos; i entre todos sorprenden el palacio con muerte de no pocos, de manera que Balan tuvo que arrojarse por una ventana huyendo de la irresistible Durandal. Hácense fuertes en aquel palacio, i Floripes acompaña allí a su esposo Guido. Esta princesa tiene un cinto de maravillosas virtudes; el almirante quiere se le hurte; i al intento se vale del habilísimo Jadron Sorpin de Grimolea, que talvez inspiró al Boyardo su Brunelo; lo cierto es que hai gran semejanza entre las aventuras de este sitio i las del castillo de Albraca. Floripes pierde el cinto, i los cristianos sufren un asedio rigorosisimo, en que les llegan a faltar de todo punto las provisiones. En vano in

voca Floripes a sus dioses Jupin, Apolin, Tervagan, Margot; el hambre crece; la princesa se desmaya; Roldan, Guido, Naimo, i otros de los paladines hacen una salida con el objeto de proveerse de viveres, como lo verificaron despues de un reñido combate; pero, vueltos a la torre, se echan ménos a Guido. Allí fué el duelo i lágrimas de Floripes:

Señores, ¿dónde está Guido? ¿Dónde está mi esposo fiel? Con vosotros le llevasteis, i volvérmele debeis.

Calderon, que del asunto de este romance hizo su injeniosa i divertida comedia El puente de Mantible, parece haberlo seguido aquí mui de cerca. Probablemente tuvo a la vista alguno de nuestros viejos romances traducido, como lo serian muchos de ellos, del frances. En fin, se cobra la persona de Guido; Carlomagno acorre a sus paladines; muertos Galafre, que defiende a Mantible, i dos jigantes, marido i mujer, que habitaban una cueva vecina, toma la ciudad de Egremora; prende a Balan; i le da la muerte. Lo mismo se hizo con todos los que no quisieron recibir el bautismo. Fierabras parte con Guido, esposo de Floripes, los estados del almirante, su padre; el emperador se vuelve, llevando consigo la corona de espinas, los clavos i demas reliquias en cuya demanda habia venido a España.

El có lice que comprende estos romances llamados de Carlomagno, es del siglo XIV; i los romances mismos parecen haberse compuesto, a lo ménos recibido la forma que tienen, a los principios de aquel siglo. En ellos, vemos ya algo mas de lo sobrenatural i marvilloso que poco despues se derramó con tanta prodigalidad en los poemas épicos italianos i en los libros de caballerías. Pero en este punto es preciso confesar que la historia romancesca de Carlomagno i los doce pares fué hasta entónces mucho menos rica i variada que la de Arturo i los caballeros de la Tabla Redonda.

ROMANCES

DERIVADOS DE LAS TRADICIONES BRITÁNICAS

1 ARMORICANAS

Los celtas, como los jermanos, acostumbraban poner en verso las proezas de sus reyes i capitanes para cantarlas en las festividades, regocijar los banquetes i trasmitir las glorias nacionales a la posteridad. Sus bardos, que, a la manera de los escaldos jermánicos, eran juntamente poetas i músicos, i acom pañaban sus cantos con el harpa, llamaron la atencion de los escritores griegos i romanos. Pero semejante modo de perpetuar la memoria de las cosas pasadas, tarda poco en alterarlas, hasta que la verdad se pierde de vista bajo el cúmulo de errores e invenciones que se levantan sobre ella. Así nació la epopeya de todos los pueblos que la tuvieron orijinal. Así se formó la mitolojía de Arturo i de los caballeros de la Tabla Redonda, que fué una de las fuentes principales del gran caudal de leyen las i romances que en la media edad inundaron la Europa.

Créese que Arturo (a quien los franceses i castellanos llamaron Artús) reinó en el siglo VI de la óra vulgar sobre los britanos o habitantes de la isla Britania, que hoi comprende la Inglaterra i la Escocia. Bien es verdad que algunos niegan redondamente la existencia de este monarca. Cualquiera opinion que adoptemos en el particular, es innegable a lo menos que las invenciones poéticas, fundadas en su historia o leyenda, suben hasta el siglo IX. Nennio que (segun los que le dan menos antigüedad) escribió por aquel tiempo, nos ofrece ya, como en

bosquejo, los principales hechos que despues hallamos amplificados i desenvueltos en el Bruto de Gofredo de Monmouth, que fué, en cierto modo, respecto de los romances. de Arturo i de la Tabla Redonda, lo que la Crónica del falso Turpin para con los romances de Carlomagno i los doce pares. Precedieron tambien al Bruto varias leyendas devotas en que se hacía mencion de las soñadas expediciones i conquistas de Arturo en el continente, del rapto de su esposa Jinebra por Melvay, rei de Somerset, de los amores del mismo Melvay con la princesa Glandura, de las correrías de Caradoc en Armórica, de la conversion del rei Marco, marido de la bella Iseo, i de otros sucesos i personajes que despues ocuparon mucho lugar en los romances i cantinelas bretonas. Últimamente los contemporáneos de Gofredo recibieron el Bruto como una mera version de un orijinal británico, i hablan de Arturo, como de un personaje cuya fama estaba difundida por todo el orbe, si bien reconociendo que su historia habia sido en gran manera alterada i corrompida por los poetas.*

Estas tradiciones, sin embargo, parecen haberse conservado mejor en la Armórica, que en el país de su nacimiento. Establecidas en él varias jentes de orijen jermánico, la lengua de los naturales quedó reducida a los estrechos límites de Gáles, Cornwall i algunos condados de Escocia. En lo restante de la Gran Bretaña, prevaleció el habla sajona; i de su roce con el frances, que, intro lucido por los normandos de la Neustria, subsistió largo tiempo en la corte i ejército de los conquistadores, resultó la lengua inglesa, cuya formacion se refiere jeneralmente al siglo XII. Esta revolucion no fué favorable a la antigua poesía británica; los bardos dejaron de ser tenidos en honor, i de su tema favorito parece que solo se conservaban en Inglaterra fragmentos inconexos i noticias vagas, cuando Gofredo de Monmouth, hijo i habitante de Gáles, queriendo resucitarlo, se valió de manuscritos armoricanos i no galeses.

*Véase la introduccion de Mr. Ellis a la seccion tercera de sus Specimens of early english metrical romances i las Recherches sur les bardes por M. de la Rue.

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