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piadosos i benéficos de estas dignas relijiosas se extienden en todo el país, como entendemos que deberá suceder en breve respecto de las ciudades de San Felipe, Talca i Chillan.

Con todo, semejantes medios nunca corresponderán a la necesidad jeneralmente sentida de una educacion regular i comun a todas las niñas pobres; i las medidas del gobierno, por mas extensas i bien calculadas que sean, no producirán, en nuestro concepto, todo el efecto deseado, sin la cooperacion eficaz de los ciudadanos mas ilustrados i pudientes. Hemos invocado ántes esta cooperacion en favor de la enseñanza de los niños pobres; que nos sea permitido reclamarla igualmente respecto de las niñas de la misma condicion, i reclamarla principalmente de su propio sexo, tan dispuesto a la sensibilidad i beneficencia. Las señoras chilenas no ceden en esta parte de sus bellas prendas a las de ninguna otra seccion ame. ricana; i solo falta que una persona verdaderamente filantrópica las reuna i les haga ver el digno objeto a que deben encaminarse todos sus esfuerzos piadosos i humanos. De este modo, en la República Arjentina, la educacion primaria de las niñas pobres fué hace años fundada i promulgada exclusivamente por el celo ilustrado de las señoras de aquella capital; las que con una constancia digna de ser imitada por el otro sexo, han sabido conservar intacto el precioso depósito de la infancia que les estaba encomendado, aun en medio de los disturbios i desgracias que han acabado por cerrar las puertas de todos los demas establecimientos de enseñanza. Iguales sociedades de señoras, i con el mismo digno objeto, existen en la república del Ecuador, donde se recojen ya los frutos de tan útil institucion. Ella no podrá ménos de darlos mas precoces i sazonados en esta tierra de predileccion, desde el momento en que la tomen a su cargo sus bellas hijas, las mas aventajadas por las dotes de la fortuna i las disposiciones del ánimo, aquellas a quienes se vió en todos tiempos tomar el mas vivo interes en la suerte del país, i las que mas recientemente han gozado de los beneficios de una educacion cumplida, ahora naturalmente llamadas a propagar la parte mas esencial de ella entre la clase humilde de su sexo.

Mientras no suceda esto, será cada vez mayor la distancia que separa una clase de'otra; a medida que se vaya ilustrando la primera, i que la inferior permanezca estacionaria, serán por consiguiente mas débiles los lazos que las unan entre sí, como se experimenta al presente, con grave daño del órden doméstico i de la moralidad de las familias; i el progreso del país será penoso i lento, por falta de esposas intelijentes i morales para la clase mas laboriosa i necesitada, i de madres tiernas i virtuosas que puedan formar el corazon i dirijir las inclinaciones de sus hijos, haciendo de ellos desde temprano útiles i honrados ciudadanos.

Hé aquí en compendio la alta mision que son llamadas a ejercer las señoras chilenas, desde el momento en que emprendan la propagacion de la enseñanza primaria entre la clase menesterosa de su mismo sexo. El servicio importante que en ello harian a la sociedad, redundaria en provecho propio desde luego; su servidumbre doméstica, i aun las nodrizas de sus hijas, no pertenecerian en adelante a la clase mas vil i abyecta; tendrian personas de probidad e intelijencia, para los cargos de confianza, de que carecen ahora, i verian al rededor de sí un pueblo de artesanos u obreros activos, industriosos i morales, prontos a prestar sus servicios a la clase acomodada. i a llenar con exactitud las obligaciones contraídas.

De propósito, hemos reservado para la última, aunque primera en importancia, la consideracion de la instruccion relijiosa que deberia distribuirse en estas escuelas, por los cuidados de sus dignas fundadoras. Resorte es este el mas eficaz i poderoso para mover el celo de todas las personas verdaderamente sensibles i piadosas, que con justa razon lamentan el estado de completa ignorancia o de grosera supersticion en que yace el pueblo; existiendo por consiguiente en las entrañas de la sociedad un mal gravísimo que, léjos de disminuir, se le ve cundir con el aumento de la poblacion i las nuevas necesidades sociales, sin que puedan alcanzar a remediarlo por sí solos los cuidados pastorales de la iglesia o la mano protectora del gobierno; porque ni una ni otro podrán hacerse cargo del continuo alimento espiritual que necesita el hombre desde su

infancia, o al menos de aquellas primeras nociones relijiosas, apoyadas en los mejores ejemplos, que deben saborearse con la primera enseñanza, i cuya influencia benéfica se hace sentir posteriormente en todos los actos de la vida humana.

Bella i grandiosa sería, por lo mismo, la empresa de obrar un bien tan inmenso, i por medios tan sencillos i benéficos, como los que suministra la enseñanza del pueblo; i esta gloriosa i digna empresa puede i debe ser acometida, lo repetimos, por la parte selecta del bello sexo. Ella sola, erijien lo escuelas i protejiéndolas i visitándolas con frecuencia, puede abrir los ojos de la multitud ciega i menesterosa a la luz de la relijion i del conocimiento de sus primeros deberes; distinguiendo i premiando los adelantamientos i bellas acciones de la infancia, estimularla i fomentarla en el camino de la virtud para lo venidero: sus cuidados para con la jeneracion naciente suplirán la falta de madres tiernas i de preceptoras intelijentes cerca de ella; i haciendo la felicidad de miles de sus semejantes, se granjearán el mas bello título a que debe aspirar la mujer superior

i benéfica.

Hemos dicho que son fáciles i sencillos los medios de llegar a tan felices e importantes resultados; porque estamos persuadidos que desde el momento en que se obra por medio de una sociedad mas o ménos numerosa, se establecen insensiblemente la division i métodos regulares en los trabajos; la accion de cada individuo es mas fácil i espontánea, por cuanto no sale de aquel jénero de trabajo para el que naturalmente es mas apto; i la esfera en que obra toda la sociedad, se hace cada vez mas extensa, sin que se aumenten o graven los esfuerzos individuales. Tales son los beneficios que proporcionan en jeneral las sociedades, i principalmente las de pura beneficencia, segun lo experimentamos ya por las pocas que existen entre nosotros. ¿por qué fin mas noble, puro i benéfico podrian empezar sus ensayos en este jénero las virtuosas chilenas que por el de sustituirse en lugar de madres de aquella clase indijente, que se puede decir que carece de ellas, desde que no pueden comunicar a sus hijos los primeros i mas esenciales rudimentos? Que las señoras de la capital se reunan para tratar

de los medios de establecer escuelas gratuitas de niñas en la misma capital, i mui pronto su accion se extenderá a las provincias, en donde fácilmente encontrarán dignas colaboradoras: que se contenten por ahora con una sola escuela; i mediante sus cuidados i ajencia, ella servirá de modelo i norma para las que despues se establezcan, i talvez para proveer de buenas maestras a todas ellas. La educacion de los dos sexos marcharia de este modo al mismo paso, o con igual provecho; i la sociedad entera recojeria, a la vuelta de mui pocos años, todo el fruto de la beneficencia del bello sexo chileno.

(Araucano, Año de 1842.)

LA ACCION DEL GOBIERNO

Está cercano de nosotros el tiempo en que, repasando todos los sistemas de gobierno, llamando alternativamente a dirijirlos a todos los hombres influyentes o de partido, probando a costa nuestra la anarquía i la dictadura, cambiando diariamente, por decirlo así, las formas i los hombres, i todo esto sin adelantar un paso i sin conseguir el bien deseado de un órden regular i estable, o de un gobierno conservador i benéfico, cansados i abrumados, i casi sin esperanza de mejora, nos abandonábamos a un cruel escepticismo, que por desgracia vaga todavía en algunas cabezas, formadas en aquella época, cortándoles todo vuelo, toda accion benévola, progresista o rejeneradora. Entónces, a manera de otros pueblos, constituidos en iguales circunstancias, se habia establecido entre nosotros, como un principio incontrovertible, que «todo gobierno era siempre una verdadera calamidad, o al menos un mal necesario, consistiendo la bondad, puramente relativa, del mejor de ellos en el mayor o menor grado de opresion con que se hace sentir, o en el mayor o menor número de males que hace experimentar a los que le soportan.» Consecuentes con esta asercion de verdadero despecho, todos los actos públicos i aun privados llevaban la estampa de un error tan funesto. Minar sordamente el poder i hacer la guerra al ejecutivo a todo trance, era entónces un deber de los congresos i asambleas deliberantes, así como de todos los ciudadanos que se preciaban de patriotas o liberales, o que no conocian otro medio gubernativo ni

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