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UNIFORMIDAD DE MEDIDAS

I PESOS

BASE DEL SISTEMA MÉTRICO DECIMAL, HISTORIA DE SU ORIJEN I VENTAJAS QUE PRESENTA

I

Nadie ignora que en todas las naciones bien constituidas, siempre que un poder firme e ilustrado ha empezado a dirijir su actividad hacia mejoras administrativas, su primer anhelo ha sido por uniformar los pesos i las medidas. Se fijaban las bases, se adoptaba, mas o ménos arbitrariamente, la unidad que debia servir de comparacion, tanto a las medidas de extension, como a las de peso; i luego despues el interes privado, la mala fe i el descuido volvian a variar dichas medidas, de tal modo que, con el trascurso del tiempo, desaparecia hasta la tradicion de la verdadera unidad que les habia servido de prototipo. Ninguna prevision ni potestad humana eran suficientes para remediar ese mal notorio, mientras faltaba una idea noble, grandiosa, apoyada sobre el progreso de las ciencias naturales i matemáticas, que viniese en auxilio de las aspiraciones i tendencias del siglo pasado.

Esta idea la sujirió al hombre la mensura del meridiano terrestre i la del péndulo que marca segundos en cualquiera latitud del globo, bien determinada. Ya se veia mui claro que, para dar estabilidad a las medidas, era indispensable sustraerlas al capricho i arbitrio de los pueblos, fijándolas en alguna

OPÚSC.

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base tan fija e inmutable como el mundo. Penetrado de esta necesidad, el célebre astrónomo Casini fué el primero que, en su libro sobre el tamaño i la figura de la tierra, escrito al principio del siglo XVIII, propuso adoptar por pié jeométrico la seis milésima parte de un minuto del gran círculo terrestre. Pero el tiempo no habia llegado todavía para vencer de una vez las preocupaciones i los antiguos hábitos de los pueblos. En Francia, mas que en ninguna otra parte, se repetian incesantemente reclamaciones contra la escandalosa, como la llamaba Delambre, diversidad de medidas.

Viene la revolucion, i aparecen hombres prontos a derribar cuanto mal se les señala como ligado con las instituciones feudales que tratan de destruir hasta el último vestijio. Fué en 1790 cuando con aplausos se recibió la primera mocion de Talleyrand en la asamblea constituyente para la reforma de Los pesos i medidas. El mismo año, en la sesion del 6 de mayo, da su informe sobre esta mocion De Bonnaie; i el 8 del mismo mes pasa en la expresada asamblea un decreto, en virtud del cual se suplica al rei que escriba a Su Majestad Británica rogándola que incite al parlamento ingles a cooperar con la asamblea constituyente de Francia a la fijacion de la unidad natural de pesos i medidas; para que, bajo los auspicios de las dos naciones, los comisionados de la Academia de Paris puedan reunirse en número igual con miembros enviados por la Sociedad Real de Lóndres, i entre todos determinen con la mayor exactitud posible lo largo del péndulo que, bajo la latitud de 45° o de cualquiera otra bien determinada, señale segundos; debiendo en seguida deducirso de este péndulo un modelo invariable destinado a servir de base al nuevo sistema de pesos i medidas.

Entre tanto no cesa de ajitarse la misma cuestion en el seno de la Academia Francesa; i ántes que el mencionado decreto de la asamblea tuviese efecto, se presenta una comision compuesta de Laplace, Lagrange, Monje i Condorcet, proponiendo un nuevo plan, tan profundo en sus principios fundamentales, como completo i de inmediata ejecucion. Los ilustres nombres de sus autores bastan para penetrarnos del mayor respeto a

la obra i para imponer al mundo una veneracion solemne. Es digno de saber en qué términos se expresan los mencionados sabios en su informe, que inmediatamente obtuvo una aprobacion jeneral de la nacion.

las

Partiendo del principio que sería mas natural comparar distancias de un lugar a otro con lo largo del cuadrante de uno de los círculos terrestres, que con la lonjitud de un péndulo, opinan desde luego los comisionados que la unidad de medidas ha de ser tomada sobre la tierra misma. La única cuestion que por un momento los detiene es ¿si el círculo mas aparente para estas medidas debiera ser el ecuador o el meridiano? Pero, atendiendo a que la superficie del terreno en el ecuador no presenta ménos irregularidades que en cualquiera de los meridianos; que, para determinar lo largo del arco celeste relativo al espacio que se intenta mensurar, se presentarian siempre en mayor número las dificultades en el ecuador que en cualquier meridiano de la zona templada; que, en fin, mientras cada pueblo tiene su meridiano propio, son mui pocos los habitantes del ecuador; en atencion a todo esto proponen los comisionados que se mida el meridiano terrestre, i que se adopte por unidad real de medidas la diez millonésima parte de un cuadrante del meridiano.

Al adoptar estos principios, dice el mencionado informe, no se introduce ninguna cosa arbitraria, sino la escala aritmética en que las divisiones de la unidad deben necesariamente arreglarse; i tampoco habrá arbitrariedad en la determinacion de la unidad de medida para los pesos, si para esta unidad se toma, como lo proponen los comisionados, fun cierto volúmen de agua destilada, pesada en el vacío (o reducido su peso al que tuviera pesada en el vacío) i con un grado de temperatura determinada.

En consecuencia de estos principios, instan los comisionados que se mida un arco de meridiano desde Dunquerque hasta Barcelona; elijen esta línea con preferencia a cualquiera otra, porque, pasando el mencionado arco por la latitud media, i extendiéndose como a 6o al norte i a 3° 1/2 al sur de esta latitud, tocando al mismo tiempo las extremidades de esta línea al

mismo nivel del mar, se simplificarian i se harian mas exactos los cálculos; i al prolongar dicha linea del otro lado de los Pirineos trataron de sustraer los instrumentos de aquella accion que las masas de los cerros pudiesen ejercer sobre las observaciones.

Viene despues el desarrollo de todo el plan de la obra, cuya ejecucion comprendia entre sus principales operaciones: 1.o la determinacion astronómica de las latitudes de Dunquerque i Barcelona; 2.o una nueva mensura de las antiguas bases que habian servido para determinar el grado del círculo terrestre en Paris i para el gran mapa de Francia; 3.° nuevos experimentos destinados a determinar con la mayor prolijidad posible el peso de cierto volúmen de agua pesada en el vacío, etc. Pero, si causa admiracion el leer la parte científica del expresado informe de los cuatro mas eminentes matemáticos de aquella época, no ménos dignas de atencion son las reflexiones en que se revela el sentimiento noble i desinteresado que los elevó a esta altura.

«No hemos creído necesario, dicen los comisionados, que se espere la cooperacion de otras naciones, ya sea para escojer la unidad de las medidas, ya para comenzar las operaciones. En efecto, hemos excluido del plan que proponemos todo lo que se pudiera considerar como arbitrario; no hemos admitido ningun elemento que no perteneciera igualmente a todas las naciones. Para escojer la latitud de 45° para el paralelo que debia cortar al meridiano, no nos movió la posicion jeográfica de Francia, sino la consideracion de que a esta latitud corresponde la lonjitud media del péndulo i de cualquiera divi sion del círculo. En fin, de todos los meridianos del globo hemos preferido elejir el que nos presenta un arco cortado por dicha latitud, el cual, sin ser demasiado largo para que sus mensuras fueran mui difíciles, tiene sus extremidades en el mismo nivel del mar. Ningun hecho, ninguna consideracion pueden dar el mas leve pretexto para acusarnos de haber querido guardar cualquiera especie de preeminencia.

«En una palabra, si con el tiempo i las vicisitudes de las cosas humanas se borrase hasta la memoria de estas opera

ciones, i solamente se conservase el resultado, ningun indicio quedaria que pudiese señalar a qué nacion habrian pertenecido la primera idea i la ejecucion de esta obra eminentemente filantrópica.»

Vemos en esto un ejemplo raro en que el bien público i el interes de la humanidad se sobreponen hasta al patriotismo i al orgullo nacional.

Tal ha sido el pensamiento que presidió en la creacion del plan propuesto por la comision i presentado a la asamblea nacional, la cual lo aprobó unánimemente el dia 26 de marzo de 1791.

Cuatro dias despues, recibió el expresado plan la sancion del rei; e inmediatamente se nombraron las comisiones para las diferentes operaciones que indicaba el proyecto. En ellas figuraron Lavoisier, Laplace, Borda, Coulomb i otros nombres de los mas ilustres de Francia. Lenoir fué encargado de construir cuatro círculos repetidores de Borda, como tambien reglas de platina, que debian servir para las mensuras de las bases, i varios otros instrumentos i aparatos; Delambre i Mechain recibieron la comision de mensurar el arco de meridiano comprendido entre Dunquerque i Barcelona.

Quince meses pasaron desde la promulgacion de la lei ántes que Delambre i Mechain pudiesen entrar en el desempeño de su encargo. En fin, el 24 de junio de 1792, se les entregó una proclamacion del rei al pueblo i a todas las autoridades para que se respetasen las señales, reverberos, armazones i todo lo relativo a la proyectada obra: esta proclamacion ha sido uno de los últimos actos de la autoridad que iba a expirar en un cadalso.

Habiéndose convenido entre Delambre i Mechain que el primero se encargase de la parte septentrional del arco i que el otro fuese al sur, cupo a este último una línea como de 170,000 toesas de largo, extendida de Barcelona a Rodes, i a Delambre lo que quedaba de Rodes a Dunquerque, que era una distancia como 380,000 toesas.

El 25 de junio del mismo año, parte Mechain con dos primeros círculos repetidores para el sur, mientras Delambre principia sus operaciones en el norte.

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