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diata de parentesco, digámoslo así, con verbos activos de la misma significacion i raíz: apreciar, aprecio; despreciar, desprecio; venerar, veneracion; aborrecer, aborrecimiento; odiar, odio; temer, temor; etc. Estos sustantivos pueden, por lo tanto, usarse activa o pasivamente: en «el desprecio a las leyes o de las leyes» el significado es pasivo, porque las leyes son la cosa despreciada; en «Los primitivos cristianos se sometian heroicamente a las persecuciones i al desprecio del mundo,» el sentido es activo, porque el que desprecia es el mundo. Por consiguiente, el desprecio del mundo es de suyo una expresion anfibolójica. Así «el desprecio del mundo era la gloria de los primitivos cristianos>>> admite dos sentidos: los primitivos cristianos se gloriaban de despreciar el mundo, o de ser despreciados por el mundo. Dígase a en el primer sentido i de en el segundo; i cesará todo peligro de duda. Si no me equivoco, el uso del dia autoriza, en las construcciones de que hablamos, el réjimen a; i no importa que este uso sea reciente, si tiene a su favor dos cosas nada insignificantes: la aceptacion jeneral i la claridad. ¿Será incorrecto decir el desprecio de los primitivos cristianos a las vanidades del mundo;» i deberemos dar la preferencia a la inelegante frase «el desprecio de las vanidades del mundo de los primitivos cristianos,» o a la perífrasis «el desprecio de las vanidades del mundo que era propio de los primitivos cristianos?» El réjimen a tiene, pues, en muchos casos, la ventaja de la brevedad. Recomiéndale ademas la analojía, porque hai sustantivos que piden precisamente a: «la veneracion a las leyes,» «la obediencia a los majistrados,» «la consagracion a Dios,» etc., frases todas que, por lo ménos, se presienten por

obvias i naturalísimas elípsis, como la veneracion, i la obediencia que se debe, la consagracion que se hace, etc.

En resolucion, hai casos en que parece indiferente a o de en el sentido pasivo: «el temor a la muerte o de la muerte;» i casos en que la claridad de la sentencia pide exclusivamente a en el mismo sentido: «el odio a los tiranos.» Cuando concurren ambos sentidos, deben evitarse circunloquios rastreros, distinguiéndolos con las respectivas preposiciones: «el miedo de los niños a la oscuridad.» El sentido activo pide siempre de. Yo creo representar de este modo el uso corriente del dia. Se recomendarán otras frases como mas castizas; pero ¿qué quiere decir castizo? antiguo, i nada mas. ¿I no sería permitido a las lenguas rejuvenecerse, mientras conserven su organismo, mientras lo nuevo se incorpora a lo viejo, sin hacer violencia a sus hábitos conocidos?

El Diccionario reprueba (pájina 14): «El absoluto i completo abandono de nosotros mismos a la voluntad de la Providencia.» ¿I por qué? Porque en castellano se dice «abandonarse en manos de la Providencia» i no «a manos.» Pero, si no se le ponen manos a la Providencia, no vale nada el argumento. ¿Podríamos abandonarnos a los vicios, i no a la voluntad de la Providencia? Véase el Diccionario de la Real Academia en abandonar i abandono.

Copio del Diccionario de Galicismos:

-«¿A Dido huyes?» se lee en una antigua traduccion de la Eneida citada por Garces en su obra titulada Fundamento del vigor i elegancia de la lengua castellana. Este autor, para quien todo lo antiguo era sagrado, dice, con tal propósito, que cuando huir significa tener odio lleva la preposicion a, sin tener para ello mas fundamento

que el pasaje citado. Huir, diga Garces lo que quiera, no rije a, sino cuando se emplea para expresar lugar hacia donde se huye, verbi gracia: «huir o huirse a la ciudad».

Estoi por Garces. Huir a por huir de, o en otros términos, construir este verbo en un sentido activo a manera de latinismo, no es tan raro en nuestros escritores clásicos, como el señor Baralt imajina. Ahí está frai Luis de Leon, que no me dejará mentir.

Qué descansada vida

la del que huye el mundanal ruido.

No es dado al que allí asienta,

si ya el cielo dichoso no le mira,
huir la torpe afrenta.

Recibeme en tu cumbre, recibeme; que huyo perseguido la errada muchedumbre,

el trabajar perdido,

la falsa paz, el mal no merecido.

I Lope de Vega:

¿A dónde vas por despreciar el nido

al peligro de ligas i de balas

i el dueño huyes que tu pico adora?

DIVERSOS USOS DE A

Leemos en el Diccionario:

-«Sabía hacer una jaula de pájaros, que solamente a hacerlas pudiera ganar la vida.» En esta frase del Qui

jote de Cervantes (prescindiendo del trastrueque de la concordancia de jaula i hacerlas, trastrueque mui comun en los autores antiguos, los cuales hacian muchas veces la concordancia con las ideas mas bien que con las palabras), en dicha frase, repito, acaso verá alguno calcada la locucion francesa à les faire; i lo está en efecto. Pero, así en frances, como en castellano, la expresion es lejítima, porque es elíptica, i quiere decir que solamente dedicándose o aplicándose a hacerlas pudiera ganar la vida. Por lo demas, fuera de este caso (no mencionado, que yo sepa, en ninguna gramática de nuestra lengua), a no se usa con el infinitivo, sino de dos maneras: una, al principio de la oracion, a la cual comunica sentido condicional, i entónces corresponde a la conjuncion si, verbi gracia: «Que, a decirme el peligro en que andaba.... sin duda creo se remediara.» (Santa Teresa.) «A saber yo que habia de venir;» «A decir verdad;» «A conocer su perfidia.» La otra manera es cuando, delante del infinitivo, se le junta el artículo definido, i vale tanto como el jerundio, verbi gracia: «Al examinar la obra,» esto es, examinando la obra.

Con perdon del señor Baralt, a se junta en muchos otros casos con el infinitivo: «salgo a andar,» «voi a comprar,» «me puse a escribir, etc.»

ABLE, IBLE

Segun el señor Baralt, los adjetivos de estas terminaciones, que jeneralmente se derivan de verbos, enuncian meramente una cualidad, como deleitable, lo que deleita; o significan merecimiento como amable, lo que es 13*

OPÚSC.

digno de ser amado; o posibilidad, como durable, lo que puede durar, conciliable, lo que puede ser conciliado.

Nótese, dice, que los adjetivos de estas dos últimas clases (la última mayormente) tienen significacion pasiva. No es exacto: durable (que es uno de los ejemplos) no tiene tal significacion, como tampoco estable, espantable i algunos otros. Pero, como regla jeneral sujeta a ciertas excepciones autorizadas por el uso, no admite duda que el significado pasivo es el que en estos adjetivos prevalece.

¿A cuál de las tres clases pertenece el adjetivo afrancesado impresionable? A la primera evidentemente, res÷ ponde el señor Baralt, es decir, a la de aquellos que enuncian meramente una cualidad; significaria, pues, si se admitiese en castellano, la cualidad de conmover, de hacer impresion.

Primeramente, ¿se puede decir en castellano impresionar? La Academia dice que sí, aunque limitándolo al sentido de excitar por medio de la palabra impresiones vivas en los ánimos. Así se diria con perfecta propiedad: «El orador dejó profundamente impresionado al auditorio.D

En segundo lugar, ¿se pueden sacar de un verbo castellano derivados formados en able o ible, i no es esto perfectamente conforme a la índole de la lengua? El señor Baralt dice que sí, con tal que no tengamos vocablos con que se signifique la misma idea, i da por ejemplo imprevisible, lo que no se puede prever.

En tercer lugar, aceptando el adjetivo impresionable, ¿cuál sería su significacion conforme al jenio de la lengua? El Diccionario halla que pertenece evidentemente a su primera categoría de los derivados en able o ible,

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